Ahora, lejos otra vez, pienso en una manera de trascender para ellos. En una manera de no ser olvidado y creo –o al menos quiero creer- que encontré una: narrarles los mitos griegos. No sé si es una buena idea, pero es una idea. Utilizaré este blog para recrear las historias a partir de unos libros de Mitología que me prestó Manuel, un gran amigo.
Si a ti también te gustan las historias puedes recordar conmigo a los dioses del Olimpo, a Prometeo, a los Titanes, a Hércules, a Perseo, a Teseo, a los Argonautas, a los Centauros, al Minotauro, a las Gorgonas, a Pegaso, a Aquiles, a Edipo, a Electra, entre muchos más. O quizás podría ser algo completamente nuevo para ti.
Además, parece que el título de esta entrada sintetiza dos aspectos: un padre que no quiere ser olvidado y el deseo de que la mitología griega tampoco se olvide.
viernes, 16 de enero de 2009
Para no ser olvidado
Estar lejos de Gianluca y Katrina no quiere decir que deba estar ausente. Claro que no niego haber estado ausente y haber sido invisible para ellos en muchas ocasiones, y tampoco niego haberme refugiado en mí mismo y haber actuado como el eterno fugitivo. Pero sé también que aquello no eclipsa la necesidad que tengo de estar presente en sus vidas. Esa necesidad que crece y disminuye. Esa necesidad que crece cuando estoy lejos y disminuye cuando estoy cerca. Crece cuando estoy lejos porque creo que debo estar presente para explicarles el mundo que los rodea y adornarlo de tal forma que no se den cuenta de su fealdad. Y disminuye cuando estoy cerca porque confundo la cercanía física con la presencia y me convierto en parte de aquel mundo sin sentido, aquel mundo al que pretendo adornar cuando estoy lejos.
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